LA POESÍA ROMÁNTICA.
Además de la poesía lírica, un género muy típico del Romanticismo es el de la poesía narrativa, o relato en verso de sucesos históricos, legendarios o inventados. Estos poemas narrativos combinan la descripción, el dialogo y momentos líricos con la narración propiamente dicha. La poesía lírica romántica, expresa en sus versos temas como los sentimientos personales, la melancolía, el cansancio de la vida, el amor, la religión, etc. También son románticos los ambientes: lugares solitarios, cementerios, la noche.
JOSÉ DE ESPRONCEDA.
La corta vida de Esponceda (1808-1842) tuvo ya un carácter romántico: participó en sociedades secretas, fue un perseguido político, vivió en el exilio... Su personalidad fue asimismo inconfundiblemente romántica: rebelde, impetuoso...
Espronceda destaca sobre todo por su poesía, tanto lírica como narrativa. Célebres son algunos de sus poemas líricos: Canción del pirata, El verdugo, El mendigo, El canto del cosaco... En las poesías líricas se encuentra ya al Espronceda típico: defensa de los marginados, identificación con los proscritos, desprecio de las leyes. Sus dos grandes poemas, El estudiante de Salamanca y El diablo mundo son un ejemplo de la mezcla de géneros propia del Romanticismo.
El estudiante de Salamanca es quizá el mejor poema narrativo del Romanticismo español.
El estilo de Espronceda es típicamente romántico. Prefiere las sensaciones extremas de ahí su gusto por las sonoridades retumbantes, los efectos rítmicos sorprendentes, las rimas agudas, los cambios métricos repentinos.
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER.
Gustavo Adolfo Bécquer nació en Sevilla en 1836. Hijo de un pintor costumbrista y huérfano, marchó joven a Madrid con la pretensión de forjarse una carrera literaria. Trabajó como traductor, adaptador de obras teatrales y como periodista. Su vida no fue fácil y su reconocimiento como gran poeta solo llegó tras su muerte, ocurrida en 1870.